La luz del láser se enfoca nítidamente con una lente de enfoque. En el foco del rayo láser se genera una densidad de potencia extremamente alta con la que los materiales pueden fundirse o evaporarse. Además, con una óptica adecuada (espejos), la luz del láser puede dirigirse y desviarse a grandes distancias y totalmente sin pérdidas. Como sistema de movimiento se utilizan sistemas de posicionamiento (láser plotter) o escáneres galvanométricos. El resultado es una herramienta universal y sin desgaste, ya que el rayo láser nunca se desafila.

“LASER” significa “Light Amplification by Stimulated Emission of Radiation”, en español “amplificación de luz mediante emisión estimulada de radiación”. Los láseres amplifican la luz mediante la absorción y la radiación de energía. La radiación láser es generada por una fuente de láser. Para ello, se dirige energía concentrada a un barra de cristal (láser sólido) o a una mezcla especial de gases (láser de gas). Esta energía puede suministrarse mediante luz (lámparas de rayos o láseres de diodos) o mediante una descarga eléctrica (similar a un fluorescente). La barra de cristal o el gas activado por el láser se dispone entre dos espejos. De este modo se crea un resonador de luz que dirige el rayo del láser hacia una dirección precisa y la amplifica de forma continua. Una proporción definida de la luz del láser pasa a través de un espejo parcialmente traslúcido, generando el rayo ya listo para cortar o grabar el material.